En las Garras de la Ansiedad

Un latido constante, martilleo implacable, El pecho oprime, el aire se vuelve frágil, Un susurro en la mente, insidioso, imparable, Ahoga la calma, encadena al alma en jaula de acero. Las noches eternas, desprovistas de sueño, Los días, espejismos de un pavor sin dueño, Cada sombra, un monstruo, cada ruido, un trueno, La mente se quiebra, en su propio veneno. Las manos sudan, el cuerpo tiembla, Un peso invisible, la esperanza se quema, Los pensamientos se agolpan, en fila siniestra, Un grito en el vacío, donde nadie contesta. La garganta seca, la boca un desierto, Los ojos abiertos, en un llanto encubierto, El corazón acelera, un tambor en concierto, Buscando una salida, un lugar más cierto. Vivir es la batalla, respirar, un desafío, Cada paso, un abismo, cada mirada, un frío, La paz se escapa, un sueño tardío, Y en el espejo, sólo queda el vacío. Los días se deshacen, en un torbellino feroz, La mente se convierte en su peor enemigo, Pensamientos oscuros, afilados como hoz, Cortan la cordura, se llevan consigo el abrigo. El cuerpo es una cárcel, la mente es el carcelero, La libertad, una ilusión, un espejismo lejano, Cada respiración, un acto de desespero, Cada despertar, un peso inhumano. Los recuerdos se distorsionan, se llenan de miedo, El futuro es un monstruo, con garras de acero, Las risas se silencian, envueltas en velo, El alma se encoge, se hunde en el suelo. Los amigos se vuelven sombras, distantes y frías, La soledad es un manto, que envuelve sin piedad, El amor se diluye, en mares de agonía, Y la esperanza muere, en la cruel oscuridad. Quisiera romper las cadenas, gritar hasta romper, Pero la voz se ahoga, en un nudo eterno, El fuego interno se apaga, el alma empieza a arder, En las llamas de un tormento, que parece eterno. El tiempo se alarga, en un infinito sufrir, Cada segundo, un siglo, cada minuto, un año, La mente grita auxilio, queriendo huir, Pero la prisión mental, no tiene un daño. Un infierno silencioso, sin llamas ni fuego, Un tormento constante, sin final ni respiro, La ansiedad es un monstruo, un enemigo ciego, Que destruye sin ver, sin dejar un suspiro.